El Premio Azorín de Novela en su 32ª edición, ha sido logrado por la escritora segorbina Rosario Raro, con la novela La novia de la paz., la sexta que ve la luz en su trayectoria

La escritora segorbina Rosario Raro ha sido galardonada con el Premio Azorín de Novela en su 32ª edición con la novela La novia de la paz.
Así lo ha decidido el jurado del Premio Azorín, presidido por Juan de Dios Navarro, diputado de Cultura de la Diputación de Alicante, que actuó como presidente; los escritores Juan Eslava Galán, Luz Gabás y Reyes Calderón; Esperanza Sempere, Celso Serrano y Belén López Celada, directora de Editorial Planeta; y Amparo Koninckx Frasquet, secretaria general de la Diputación Provincial, que actuó como secretaria sin voto.
En ese contexto, en el año 1901, recién sobrepasado el nuevo siglo, se ambienta este texto que cuenta con un denso entramado de ingredientes históricos, algo ya habitual en las obras de Rosario Raro, aunque en el caso de esta esta protagonista femenina, hay mucho más.
Y hablando de contextos, la autora ha vuelto a tener el don de la oportunidad, pues como le pasó con su anterior novela, Prohibida en Normandía (2024), ambientada en el Desembarco de Normandía cuando se cumplía el 80º aniversario de este acontecimiento histórico, que esta novela vaya a publicarse en este momento, con el contexto político prebélico internacional, y los más de sesenta conflictos armados que existe en este momento en el mundo, es pura casualidad.
De ahí la importancia de esta novela, en la que una protagonista opte por resolver los problemas de otra manera sin llegar a hacer uso de la violencia ni las barbaridades que se están ejecutando que parecían ya del pasado lejano. Por eso es importante reivindicar la figura de Emily Hobhouse que recobra la vida en esta novela.
Además de los ingredientes históricos, esta historia cuanta también con los propios de una trama novelesca. Dos amantes, la admiración hacia una célebre periodista que dedicó su carrera a la búsqueda de la paz universal y a la defensa de los derechos humanos e incluso, un escultor que dice que en la vida sucede lo mismo que en su disciplina artística: “hay golpes que nos conforman y golpes que nos rompen”. Una frase inspiradora le llevó a escoger el nombre de Kintsugi para presentarse al Premio Azorín. Y es que tan ‘raro’ es su apellido como el seudónimo, aunque tiene explicación. La disciplina japonesa del kintsugi es una técnica que consiste en arreglar fracturas de piezas cerámicas multiplicando el valor de la obra original. Algo así como embellecer las cicatrices con oro y otros materiales preciosos creando arte con más valor. Una resiliencia que también llevó al título falso con el que presentó su texto, ahondando en esta idea con Cicatrices de oro.
Sin embargo, ha tenido que presentarse antes a más de un centenar de certámenes literarios, y atravesar una travesía en el desierto, hasta que se ha hecho justicia y ha obtenido este importante galardón. Rosario, en los últimos años suele estar como jurado en concursos, pero también recuerda que al principio de su trayectoria literaria, pasó varios años en los que no le publicaba nadie.
Es el primer concurso de novela que gana, y como bien sabe, un premio siempre es un gran espaldarazo, sobre todo si cuenta con el prestigio del Premio Azorín, que no ha hecho más que poner en evidencia la calidad de su escritura y su gran nivel literario.
Ahora, comenzará un nuevo Rarotour para presentar esta nueva novela que ya tiene fijadas las primeras fechas por su comarca natal, la del Alto Palancia, con paradas en Altura (10 de abril en el Salón de Plenos del Ayuntamiento) y Segorbe (19 de abril, en el Teatro Serrano), tal y como se han ido publicando en las redes sociales.