Por Jose Ángel Planillo
Tras su éxito con su primera novela publicada "El espíritu del lince", ambientada en la época íbera, y aprovechando toda la documentación y conocimientos adquiridos, se embarcó en esta segunda obra que, sin ser una continuación de la primera, podría servir de ello en cuanto al periodo temporal.
En esta ocasión, en lugar de un íbero, son tres los protagonistas principales: Un jóven celtíbero que marcha por primera vez a la guerra para probar su valía, pese a que ello lo separa de su amada; un consejero del general cartaginés, que no es quien en realidad se supone que es; y un abatido arsetano, Alcón, que es reclutado por el segundo como intérprete y mediador con las tribus hispanas como ayuda a salir de la depresión en la que ha caído por sentirse traidor a los suyos por la caída de Saguntum.
Cada uno tiene sus propias luchas internas, pero su vida va paralela a la del lider africano, a quien seguirán en su camino a través de los Pirineos primero, y los Alpes después, para combatir a los romanos en su propio territorio. En la novela, los hará protagonistas de gestas, curiosos acontecimientos que les llevará a pensar que Aníbal era en realidad un enviado por los dioses; dramas personales, historias de amor y amistad... Y todo con una excelente ambientación, documentación sobre los pueblos, tribus y ciudades de aquella época (con alguna licencia para darle algo más de peso a la trama) y técnicas de combate que te hacen meterte entre sus páginas y revivir lo acontecido hace 2200 años atrás.
Aunque me costó dos intentos agarrarme al mismo, al final me metí de tal forma que cayó en unos días. Y no fueron menos por cuestiones laborales, porque lo llevaba conmigo a todos los sitios para aprovechar cualquier hueco que me dejaba.
Como en la anterior, me ha encantado la forma de novelar y contar historias de Javier, del que no dudo que me leeré alguno más de los que han seguido a estas dos novelas aquí citadas. Una excelente obra para iniciar este 2025.
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