Vistas de página en total

martes, 21 de marzo de 2023

XODOS, UN POBLE DEL PENYAGOLOSA, de Joaquim Escrig i Artur Aparici

Por Jose Ángel Planillo:

Jamás había visitado la preciosa localidad de Xodos, o Chodos, un pequeño pueblo asentado a las faldas del Peñagolosa, el monte más alto de la provincia de Castellón, y la segunda en tierras valencianas. Y hasta él me acerqué por primera vez para asistir a la presentación de este libro: "Xodos, un poble del Penyagolosa: Dels orígens a la nova ruralitat", un grueso ejemplar de 800 páginas elaborado por Joaquím Escrig i Artur Aparici, que en el acto realizado para dar a conocer su trabajo contó con una amplia presencia de público, pues se presentó en el pabellón multifuncional del pueblo con motivo de las fiestas de San Antonio Abad, en enero 2023.

En él se realiza una visita exhaustiva por el pasado histórico y sociológico de la localidad y su entorno. En sus páginas se desglosa parte de la historia, no tanto del pueblo como de sus gentes; la importancia de las muchas masías diseminadas por el término, en las cuales llegaron a habitar más del doble de los vecinos que lo hacían en el casco urbano; y también se estudia el entorno rural, que ha condicionado su modo de vida, su relación con los pueblos de la comarca de l'Alcalatén, y cultivó la resistencia de sus vecinos en estos áridos paisajes ante los Señores Feudales, las duras tareas de pastoreo y las escasas cosechas que les permitiesen subsistir.

Pero toda paciencia tiene un límite, y los abusos a los que los sometieron los gobiernos liberales, conservadores, republicanos y franquistas, asi como los guerrilleros franceses, carlistas, isabelinos, republicanos y rebeldes, que azontaron a España, y más todavía a Xodos durante los siglos XIX y XX, a los que cabría añadir los de las fuerzas del orden de la Guardia Civil, llevaron a que muchos de aquellos masoveros y vecinos, cansados de trabajos estériles y escasa justicia, terminaran abandonando el pueblo en busca de un futuro mejor.

Así es como se fueron marchando aquellos hombres y mujeres que durante generaciones habían domesticado el paisaje escabroso de estas montañas. Habían abierto unos caminos que, sin sus pasos, pronto comenzaron a perderse. Las infinitas paredes de piedra creadas para inventar ribazos y bancales en lugares increibles, comenzaron a derrumbarse dejando escapar la tierra, al tiempo que las masías que edificaron, se iban deshaciendo como castillos de arena en la tempestad del tiempo. Ellos fueron quienes padecieron la guerra más larga, el hambre más atroz, la escuela más lejana y la marginación más intensa, al ser menospreciados y escarnecidos por su pobreza, pese a ser los guardianes de un paisaje de siglos.

De esa forma, se pasó de superar el millar de habitantes a finales del XIX, a los apenas 100 habitantes que lo habitan hoy. Algunos, el dinero que entonces sustituyó al tradicional trueque lo obtuvieron a base de limpiar de aliagas para los hornos cerámicos, y espliego para unas destilerías establecidas aquí por un empresario catalán. Especies que hoy proliferan por doquier sin manos que las corten.

Ahora, este municipio, convertido en lugar de segunda residencia, que en verano alberga a más profesores universitarios por metro cuadrado que ningún otro lugar del mundo, pretende desarrollar con el turismo una nueva fuente de ingresos para los vecinos que en él permanecen todo el año. Y con ese fin, con el de documentarme para tal labor, me leí con más pasión que hastío pese a su grueso volumen de páginas, este libro que me dejó un buen sabor de boca, que no de elevados datos con los que saciar mi curiosidad sobre el pueblo

El libro no sé si os despertará interés, pero espero sí lo haga el calendario de visitas culturales para conocer este encantador municipio del Alcalatén. Son totalmente gratuitas, así que no tenéis excusa para ir reservando tu plaza.



No hay comentarios:

Publicar un comentario