EL VINO DEL ALQUIMISTA, de Pepe Müller

Por Jose Ángel Planillo

A veces, el destino te hace encontrarte por el camino con títulos de lo más sorprendente. La novela de Pepe Müller, El Vino del Alquimista, llegó hasta mi a raíz de un proyecto de turismo sensitivo que se va a desarrollar en la Cartuja de Valldecrist de Altura, y donde el vino, los cartujos y el mundo de los aromas tienen mucho que ver. Por ese motivo, la compañera que me ayudará en esta aventura, me recomendó su lectura por las grandes similitudes de los temas a tratar, más allá de la quijotesca búsqueda que se narra en la novela.

En esta obra, un sumiller ha de encontrar para un extravagante coleccionista una extraña y exclusiva botella envasada hace 200 años en la cartuja tarraconense de Scala Dei por un fraile alquimista, que al parecer tiene ciertas propiedades extraordinarias muy codiciadas en ciertos ámbitos ocultos, místicos y esotéricos.

De hecho, esto hará que durante su búsqueda por Francia, Italia, Rusia y otros lugares, sea perseguido y acosado por otros personajes que también van detrás de la botella con fines más oscuros, lo que llevará a que la novela tenga un ritmo trepidante. 

Además del coleccionista y el sumiller, en la obra cobra gran protagonismo también una neuropsiquiatra, que poco a poco se irá entendiendo que su aparición en el camino del sumiller no es casual. 

En definitiva, una obra que rinde culto al mundo del vino, especialmente al elaborado en El Priorat impulsado por los monjes cartujos de aquella región; a la música clásica -siempre acompañando al protagonista para regular sus estados de ánimo-; y que posee un excelente ritmo de lectura que incita a que no sueltes la novela para descubrir qué pasa en el siguiente capítulo hasta llegar al final.