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lunes, 7 de noviembre de 2022

LA MUJER DE LAS NUEVE LUNAS, de Carmen Torres Ripa

Por Jose Ángel Planillo

Hacía tiempo que no me costaba leer tanto un libro, como éste del que ahora os hablo. Cierto es que debido a las circunstancias personales que ahora estoy pasando, no dispongo de mucho tiempo para saborear el placer de la lectura, ni la cabeza está tan concentrada para absorber todo lo que se lee.

Pero es que esta novela no me ha llegado a atrapar en ningún momento, que ya es difícil... Y eso que me ha dado a conocer parte del movimiento de las Beguinas nacido con el cambio de siglo, y a la protagonista de la novela, una monja alemana del siglo XII, llamada Hildegard de Bingen, que  parece nacida antes de hora, pues para muchos se tiene por ser la primera feminista de la historia: abadesa, profetisa, curandera, bruja, artista, escritora, compositora, visionaria, mística... 

Sobre ella debe de investigar un sacerdote a raíz de un encargo del Vaticano, pero a medida que conoce la dimensión de su mensaje, y lo transgresor de éste, va comprendiendo que lo que busca la Iglesia no es publicitar su figura, sino silenciarla.

La novela está dividida en nueve capítulos, o lunas -a las que hace referncia el título-, en los que se alternan pasado y presente, aunque no de una manera muy acertada para mi gusto, pues a veces no sabes si lo que lees es de antes de lo leído en el capítulo anterior, o de lo que continúa la historia narrada.

Y si a ello unimos que, desde mi punto de vista, tiene un mal final, que la autora cierra tramas e historias de una forma un tanto abruptas a lo largo de la narración que podrían haber sido más jugosas debido al alcance de algunos de los implicados, hace que pierda intensidad.

También en ocasiones se extiende demasiado en detalles narrativos y explicativos de lugares que nada aportan a la trama, como para demostrar que ha estado en ese lugar y trata de acercárselo al lector lo más fidedigno posible. 

En fin, que demasiadas horas empleadas en una obra que para nada me ha agradado, y de la que únicamente voy a sacar un par de ideas y conceptos de provecho. Lo mejor, las ilustraciones del final, atribuidas a la abadesa alemaa.

Y como para gustos están los colores, pues si a alguien le apetece su lectura, que se ponga en contacto y vemos como hacérsela llegar.

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