CAMINO ROTO, de Javier Andrés Beltrán

Por Jose Ángel Planillo 

La ancestral romería dels Peregrins de Les Useres es algo que siempre me ha despertado curiosidad. Como peregrino de otra tradicional romería mariana, puedes llegar a entender parte del misticismo de sus protagonistas, salvando las enormes distancias de una y otra peregrinación.

Por eso, cuando desde Trencatimons Ediciones anunciaron la salida a la venta de la novela Camino Roto, del periodista Javier Andrés Beltrán, que se promocionaba como obra de tintes policiacos ambientada en este festejo del interior castellonense, con algún guiño autobiográfíco, la marqué como futura lectura.

Tardó a llegar a casa, y algo más en ser leída. Pero el hallazgo de un cómic sobre la romería, despertó las ganas de leerlo, y ahora que dispongo de tiempo, le llegó el momento.

Lo que parecía una novela donde una centenaria tradición iba a tener gran protagonismo, comienza como una nutrida narración conformada por un sinfín de datos bien urdidos, en torno a la vida de varios de los personajes de la novela.

Casi parece una novela de viaje que ensalza los inmensos recursos por esta apenas conocida provincia de Castellón (aunque solo de la parte centro y norte), del que el autor hace un despliegue de conocimientos de su historia y patrimonio. Aunque no solo habla del territorio provincial, pues se atreve incluso con algún episodio histórico que nos lleva a las cruzadas de Tierra Santa, por adelantar algo.

Solo a mitad de la novela comienzan a encajar las piezas para que todo cobre sentido y los personajes comiencen a interactuar en torno a un trágico suceso, que motivará la aparición de otro personaje (que podría ser el alter ego del autor), y de narrar nuevamente su vida.

Con todos los participantes en acción, da inicio una investigación sin aparente sentido que dé luz a varios luctuosos sucesos. De nuevo varios capítulos casi monográficos sobre algún personaje van desvelando los misterios al lector, y de una forma bastante diplomática, el autor pone el cierre al libro.

Aunque a veces peca de algo repetitiva y de dar laaaargos rodeos en las narraciones, termina siendo una lectura amena, con algún guiño crítico, de humor, que muestra parte del alma de los pueblos de interior, también didáctica y, por qué no, una buena candidata a los libros que representan a la provincia, aunque solo sea a parte de ella.