EL TESORO, de Juan Barrachina Sierra

 Por Jose Ángel Planillo

Me encanta la progresión que está alcanzando Juan Barrachina Sierra en su corta aventura literaria. Desde luego, este hombre logra todo lo que se propone, y para ello pone toda la carne en el asador y al menos intenta llegar lo más lejos posible.

Y si hace apenas un año y medio decidía debutar como escritor en una antología, ir cogiendo práctica y soltura en otras dos, cuando finalmente se lanza en solitario y decide presentarse a su primer concurso, va y lo gana. Y no un premio cualquiera, sino el XXXVII Premio Internacional de Cuentos Max Aub, aunque en su modalidad comarcal, convirtiéndose de esta manera en mi sucesor en el palmarés del certamen.

Su relato, El Tesoro, mezcla sentimientos de añoranza, aventura, enseñanzas y ternura. Una de esas historias contadas al calor del fuego del hogar, y que desde la noche de los tiempos servían para transmitir conocimientos de abuelos a nietos. Además, la centra en un territorio que conoce bien, su Segorbe natal, aprovechando y estirando alguna de las leyendas locales para hacérselas vivir a un grupo de jóvenes de un tiempo ya pasado, donde la calle y las travesuras eran lo habitual, y no se conocía la tecnología ni el individualismo ahora imperante. 

Un relato entretenido, digno del premio recibido, y que recuerda a esas novelas clásicas de aventuras que a los más mayores nos tocaba leer por no existir tanta variedad literaria como en la actualidad.