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martes, 15 de marzo de 2022

FREDERIC, EL MALAGUANYAT de Joan Blasco i Casanovas

Por: Jose Ángel Planillo

Aprovechando que el libro leído anteriormente leído hablaba de Pedro IV, Juan I y Martín I de Aragón, decidí continuar con la saga y emprender otra pequeña novela que tiene como protagonista al nieto bastardo del rey Martín, es decir, Federico de Luna.

Es una novela de corte juvenil, también en catalán, muy cerrado por cierto, con lo que pese a que estoy acostumbrado a leer en valenciano, se me ha hecho algo dura su lectura y complicada a veces su comprensión.

La novela, titulada Frederic, el Malaguanyat, obra de Joan Blasco i Casanovas, está demasiado desvirtuada de la realidad y muy marcada políticamente.

Comienza con un Federico que acompaña a su abuelo en su último día de vida, para después pasar por el Compromiso de Caspe que tilda, como buena parte de los autores catalanes, como una gran farsa orquestada por Benedicto XIII y su discípulo San Vicente Ferrer, y en este caso también el donado cartujo Francisco de Aranda, que es en la novela el malo malísimo, y al que ponen a caldo.

También nos ofrece una imagen de un Federico muy lenguaraz, despierto, aventurero, y en ocasiones ofensivo, que prácticamente pasa toda su juventud en Cataluña bajo la tutela de los mentores designados por su abuelo.

Si a esto le añadimos que el autor repite, y repite, y repite diversos párrafos de la novela, capítulo tras capítulo, para tratar de dar más énfasis a algo que ha explicado diez líneas antes, a la novela le pueden sobrar perfectamente 40 de las 142 páginas que tiene.

Y aunque en ocasiones plantea situaciones la más de curiosas, la verdad es que deja mucho que desear cómo libro de aventuras, por querer vender al personaje como el eslabón perdido para que Cataluña hubiese tenido un mejor destino que el que tuvo con la dinastía de los Trastamara, elegida en el Compromiso de Caspe.

Mucho autobombo catalanista y poca chicha histórica y verídica.

Lo único que me ha dejado con ganas de ver y comprobar, es el supuesto pergamino que se conserva en el Archivo de la Corona de Aragón, con número de registro 2206, folio 165R, en el que supuestamente el Papa Benedicto XIII y Martín I firmaron la legitimación de Federico cómo hijo de Martín, con la idea de que este se convirtiese en heredero al trono. De ser real ese documento... ¡¡cómo hubiese cambiado la historia!! Teóricamente debería de haber sido Federico de Luna el siguiente en la línea de sucesión de su abuelo, y por tanto haber sido elegido rey.

Pero era demasiado niño, y los intereses políticos de algunos hicieron que el pobre Federico quedase relegado a un tercer plano. Y claro, con ello la polémica está servida y da pie a que surjan novelas de ficción como está, y otras ya leídas anteriormente como L'Engany de Casp, de Xavier Renau.

Si alguien está interesado en leer esta novela, que sepa que hay otra edición que alterna texto y cómic, y lleva en la portada a Federico frente a la playa de Peñíscola.

Para quitarme el mal sabor de boca, le voy a dar otra oportunidad al personaje, y probaré fortuna con otra novelilla titulada El Bort, de Toni Lloret Grau. Cruzaremos los dedos...

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