PERE EL CERIMONIÓS I ELS SEUS FILLS, de Rafael Tasis i Marca.

Por: Jose Ángel Planillo

Los que me conocéis ya sabéis que me encanta la historia. y aunque son varios los personajes y las épocas por quienes siento predilección, el periodo que comprende el siglo XIV y principios del XV la Corona de Aragón, es uno de ellos.

Por ese motivo me animé a adquirir un pequeño librito en catalán dónde se hablaba de Pedro IV el Ceremonioso (o Pere II el del Punyalet) y sus hijos, Juan I el Cazador y Martín I el Humano.

El libro, obra de Rafael Tasis i Marca, y titulado "Pere el Cerimonios i els seus fills", expone de una manera resumida pero bastante clara y amplia el largo reinado de Pedro IV, con los numerosos frentes a los que se hubo de enfrentar (guerras, motines, traiciones, conquistas...), y las diferentes esposas que tuvo durante su vida.

Aunque afronta prácticamente todos los asuntos principales en los que se vio envuelto, obviamente el autor se hace eco de los ocurridos en Cataluña.

Lo mismo ocurre cuando habla de Juan I, al que por cierto no deja en muy buen lugar, dándonos un perfil de un monarca más dado a los lujoa y ocios, que al gobierno de su reino. Además, en su corte admitió a numerosos personajes qué hicieron de está un nido corruptelas e intrigas que motivó varias quejas de sus súbditos.

Su repentina muerte practicando la caza, llevó a que su hermano Martín alcanzara el trono, aunque esté tardó varios años en sentarse en él, porque estaba pacificando junto a su hijo el reino de Sicilia, dejando en manos de su mujer, María de Luna, las riendas de la corona.

Y aunque por todos los historiadores y biógrafos que hasta ahora he leído, siempre a Martín de Aragón se le ha tachado de ser muy blando y poco apto para el gobierno, alabando a la figura de su mujer como la más efectiva y capaz para estas tareas, en esta pequeña biografía parece todo lo contrario.

Aquí se nos habla de un rey muy dispuesto a tratar de apaciguar sus reinos, siempre dispuesto a la paz, muy amante de su familia, y aunque dado a la religión y de tanto en cuando delegando en su mujer, muy pendiente de las cosas y asuntos del reino. También nos habla de su preocupación por la construcción de palacios en Barcelona, especialmente aquellos en los que terminará sus días.

Muy poco es lo que se habla de sus estancias en Valencia y Aragón, si no es que son hechos muy notables. Tampoco ahonda en su profunda devoción y en su faceta de fundador de monasterios. De hecho, sobre Valldecrist solo dice que en ella pasaba largas temporadas (tal vez por eso algún guía local afirma que la pareja real, en Segorbe, estaba más bien poco).

Es más, según se deduce de los textos al parecer las Cortes que Martín trasladó de Valencia a la comarca huyendo de la peste, no se celebraría en Segorbe, sino en Altura.

Y también en esta población, entre los muros de la Cartuja, se decidieron los esponsales de Martín el Joven, y su prior fue uno de los que propusieron las segundas nupcias de Martín I de Aragón con Margarita de Prades a fin de dejar un heredero al reino tras la muerte de Martín de Sicilia. Una faceta, la de casamenteros, nueva para historiografía de la cartuja alturana.

En definitiva, una biografía triple, didáctica pero al mismo tiempo que lleva a errores y confusión con alguno personajes que trata.;