Por José Ángel Planillo Portolés
Es dura por el relato que narra, y porque además, el relato es verídico. Tanto, que solo ha novelado la biografía de la protagonista en base al minucioso trabajo de investigación de Manuel Girona, que además la ha ayudado a pulirla.
La novela narra la historia de María Pérez Lacruz, alias la Jabalina, una joven anarquista de Jabaloyas (Teruel, de ahí su apodo) pero que creció en el Puerto de Sagunto a la sombra de los Altos Hornos. Ya desde niña se rebelaba contra la injusticia y, al estallar la guerra, no dudó en alistarse para luchar en la doble batalla a la que se enfrentarían las mujeres de su época, poniendo a prueba su vida, sus ideales y su corazón dividido entre dos hombres que la aman de forma distinta.
Al final de la misma, con solo 20 años, será duramente represaliada por los vencedores, sometida a terribles sufrimientos y prisión, hasta que será condenada a muerte en un juicio sumarísimo trufado de acusaciones falsas y pruebas vitales ignoradas, que solo obedecía al odio.
En sus páginas, el tiempo viene y va del pasado previo a la guerra, dando a conocer cómo era María en aquella época, pasando por su momento como miliciana, al período en que se encuentra recién apresada y embarazada, a la espera de conocer qué será de su vida, y de la de su novio.
Un viaje de ida y vuelta en el tiempo que no te descentra en su lectura, sino que te lleva a querer conocer mejor el drama de aquellos que sufrieron esa guerra incivil que tantas vidas segó injustamente.
Pese a conocer el desenlace, al finalizar la lectura se crea un nudo en la garganta que no te deja indiferente.
La muestra del realismo del texto es tal, que el propio Girona dice de la novela «Creí conocer todo sobre María y estaba equivocado, pues esta novela te hace sentir que la ficción es más real que los hechos documentados»
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