Por Jose Ángel Planillo
Una obra que ha tomado cuerpo casi de milagro, pues a lo duro de convencer a su autor por sus seguidores y amigos para que recogiera todos sus relatos y los agrupase en un libro, se añadieron problemas informáticos, alguno de salud, y otros ya en el proceso de edición, tal y como se expuso durante la presentación.
Pero ese deseo se hizo realidad gracias a la Fundación Mutua Segorbina, y una buena parte de esos amigos virtuales nos materializamos para abarrotar la sala y escuchar al maestro, que hizo gala de su humor y nos dejó a todos con la sonrisa de oreja a oreja, precisamente a cuenta de lo que padecen las suyas: la sordera y algunas anécdotas que a causa de ésta y de su visión le ha tocado vivir.
Y tan bueno fue el sabor de boca dejado, que en menos de 24 horas ya he disfrutado de las 234 fotografías arropadas con sus narraciones, que recuerdan sus vivencias, a sus amigos, vecinos y familiares, y el recuerdo de desaparecidas costumbres y tradiciones relatadas con su peculiar estilo irónico y socarrón.
Lo bueno es que además en el libro se las han ordenado cronológicamente, con lo que su valor testimonial adquiere un valor histórico para conocer acontecimientos cotidianos vividos en primera persona durante el último siglo de la ciudad de Segorbe, además de gráficos, pues su inseparable cámara de fotos plasmaba esas situaciones y personajes que los libros de Historia se olvidan de nombrar.
Con todo ello, su lectura va a ser una de esas que alegran y refrescan (aunque sea solo la memoria) y te hacen disfrutar de sus conocimientos, explicaciones y vivencias en un formato tan perdurable como su memoria, o como él mismo. Gracias Maestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario