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lunes, 31 de julio de 2023

HISTÔRIA DE L'EMPRESA SEGARRA, de Fernando Peña Rambla

Por Jose Ángel Planillo

Mucho se comenta y se ha escrito sobre la empresa Calzados Segarra de la Vall d'Uixó. Y ahora, al estar en la zona y ser "un referente" en ciertos aspectos en la población, he decidido conocerla mejor. Y más tras leer los cuatro libros de Juan Francisco Fuertes Palasí sobre la Historia de la Vall d'Uixó en las primeras décadas del siglo XX, y descubrir en sus páginas sus polémicos inicios.

Para tener otro punto de vista, escogí el tomo "Història de l'empresa Segarra" de Fernando Peña Rambla, un estudio publicado por la Diputación de Castellón en su colección universitaria.

Lo primero que me ha llamado la atención, y en cierto modo me ha desilusionado, es que pese al ingente trabajo de investigación realizado por el autor, el volumen sólo analiza su trayectoria hasta finales de los años 40, dejando al lector con la sensación de quedarse a medias.

Eso sí, en el libro se analizan y desarrollan las vergonzosas artimañas con que esta familia se aprovechó de sus empleados y amistades para encumbrarse como una de las más importantes de la España del momento.

Sus contactos con el régimen franquista, que venía de las relaciones anteriores fraguadas en tiempos de la República mediante las ventas de calzado al ejército, los hará valer para seguir obteniendo concesiones comerciales, legales y laborales sobre sus trabajadores, a los que explotaba vilmente.

Para acallar conflictos y motines, era capaz de dejar a obreros especializados en situaciones críticas laborales, que llevaron incluso a la emigración de familias enteras de la ciudad, para atraer a gentes foráneas más necesitadas y por tanto sumisas ante las tiránicas leyes que imponía la fábrica. Y todo a cambio de míseros sueldos aderezados con premios, arguinaldos, control de vidas y ocios.

Sí es cierto, que hay que tener en cuenta la situación de la época, y que la oferta de Segarra, que permitía asegurar unas garantías de trabajo y comida tan difíciles en aquel período de nuestra Historia, y que además complementaba con algunas ventajas sanitarias y descuentos en los economatos propios que ofrecía bajo un halo patriarcal, que el autor identifica como "paternalismo", fueron un aliciente muy importante para muchísimas familias, que se dejaron cautivar.

Bajo ese paraguas, la familia/fábrica Segarra se erigía como mecenas y madre de todos sus hijos, a quienes cuidaba, daba trabajo y comida, formación y entretenimiento en sus ratos libres, en los que los gerentes ejercían de padres caritativos ayudando a sus "obreros", que consideraba como hijos. Pero, ¡ay de aquellos que no se ajustaran a las normas! Sobre ellos recaía el rencor, el castigo y el odio que merecían aquellos que pensaran diferente o aspiraran a vivir más dignamente.

Pese a todo, Calzados Segarra se comvirtió en un importante foco de atracción de trabajo e inmigración de familias llegadas del centro y sur penínsular, que la veían como solución a sus precarias y difíciles situaciones a cambio de desplomarse por sus amos. Sólo así se entiende como en muy pocos años la Vall d'Uixó casi cuadruplicó su censo, y la ciudad creció por todos sus costados, logrando algunas mejoras en comunicaciones y servicios en comparación con otras localidades cercanas.

En definitiva, un libro que pone en evidencia cómo la visionaria oportunidad comercial de un joven Silvestre Segarra Bonig, amparada en el sacrificio inicial, e impulsada por el amiguismo y el oportunismo que le proporcionó el franquismo, lo llevó al éxito empresarial y a crear una marca, Segarra, que más de un siglo después de su creación sigue estando muy presente en la memoria popular del país, como símbolo de calidad y buenos precios.

Me quedo con ganas de conocer su evolución y desarrollo, y las causas de su posterior deterioro, transformación en IMEPIEL, y su cierre, que me hubiese permitido conocer mejor la trayectoria de la misma.

Eso sí, que quede claro: La marca hoy sigue en marcha, pero con nuevos gestores que nada tienen que ver con ese oscuro pasado. Sólamente, han sabido aprovechar el tirón de la marca para afrontar un futuro diferente, encaminado a dar a conocer al turista esa antigua fábrica, y la antiquísima tradición vallera en la fabricación de calzado, que obviamente, no era exclusiva de esta familia, como demuestran sus actuales propietarios.

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