Por Jose Ángel Planillo
Hoy os recomiendo uno de esos libros con el que he gozado sobremanera, hasta el punto de leérmelo en menos de 48h. Se trata de la novela "El Segundo de Antes, donde las dan las toman", de la valenciana afincada en Chile Cristina Bou Ponce.
En sus páginas nos relata la historia de dos personajes, abuelo y nieto, que comparten nombre: Max Durán. Una historia sobre venganza, decisiones y supervivencia, donde dos generaciones entrelazan sus destinos para enseñarnos que, en cuestión de un segundo del que no somos conscientes, la vida puede cambiar... para siempre.
Max (nieto) pasa de una vida tranquila en Valencia trabajando en la tienda de bicicletas familiar, a un cambio radical debido a un terrible accidente, que le llevará hasta Bejís, el pueblo de sus abuelos, donde hallará un misterioso cuchillo con la inscripción “Donde las dan las toman”, muy relacionada con la vida de Max (abuelo), y aquel cómo hubo de luchar por la mujer que amaba y para superar las duras pruebas que le supuso la Riada de 1957. Un cuchillo que existe de verdad, expuesto en el museo etnológico, aunque todo lo narrado en la novela es fruto de la imaginación.
Desde luego, la obra se lee muy cómodamente, gracias al ritmo ágil y fresco que desprenden sus páginas, en las que van apareciendo personajes (no muchos), que poco a poco van cobrando su protagonismo. Está narrada en dos épocas: la actual, con Max nieto, Mika y Javiera; y la pasada, con Max abuelo, Cayetana y Berto, como principales protagonistas, aunque en cada tiempo, otros se colarán para dar suspense y giros inesperados a la historia.
Como anécdota, o licencia literaria, el hecho que se cultiven naranjos en Bejís y que Viver ahora está antes que Segorbe subiendo por la autovía. Pero estos dos pequeños lapsus se compensan con el recetario del apéndice, donde se detallan las que se citan en el libro, y una excelente selección musical con todos los temas que ponen banda sonora al libro, que se puede seguir en Spotify.
Así que, no os lo penséis más de un segundo, y dejaros atrapar por esta novela, y de paso, visitar Bejís y su entorno. Desde luego, el Alto Palancia cada vez está más presente en la literatura.
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