Por Jose Ángel Planillo
Tras la tensión y pasión vivida con la lectura de "La novia gitana", no pude refrenar el impulso de lanzarme a su segunda parte, "La red púrpura", y saltarme muchas otras lecturas que tenía pendientes.
Como en su primera parte, la tensión de lo que pueda ocurrir tras cada página es continua, sin embargo, o al menos esa ha sido esa sensación, algunos de los golpes que sorprenden al lector de una manera brutal son algo previsibles. Tal vez se deba a que ya se conoce el modo narrativo de la escritora, pero aunque siguen existiendo giros inverosímiles, hay decisiones y acciones que ya te las hueles antes de que lleguen.
Algunos de sus capítulos son especialmente duros por la crueldad de que narran -más que en la primera-, o por la actuación y perversión de sus protagonistas. No obstante, la autora sabe ir tensando el hilo de la historia, con los comportamientos y decisiones que toman los personajes, sobre todos los de la BAC, que en algún momento se llega a tambalear.
Y el final... ¿Qué nos ha querido decir con ello? ¿Que hasta aquí hemos llegado?¿Que la tercera parte no tendrá tanta relación con sus dos precuelas? La espera -una pausa dura, sin duda- para los que esperaron los tiempos comerciales, como en su día nos ocurrió, pero la reseña de La Nena, llegará en unos días.
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