Al menos es lo que me ha vuelto pasar al llegar a la última página de la novela "Los Ahogados", ganadora del XXI Premio de Novela Corta de la Diputación de Córdoba en 2020, y editada -y lo más triste, comercializada- por el Servicio de Publicaciones de dicha Diputación.
Me ha fascinado cómo en sus seis relatos ha logra llevar al lector a un viaje de ida y vuelta por el tiempo para desgranar y desentrañar intrahistorias locales, hasta el punto de llegar a pensar que estás leyendo una revista del corazón donde los habitantes de ese pueblo ficticio fueran los protagonistas de un Sálvame rural -que para la ocasión está muy bien traído el título-, dando a conocer las sagas de algunas de sus familias y las vueltas que les depara el destino. Otra cosa que me ha gustado es como ha logrado aunar en un mismo villorrio tantas peculiaridades de otros cercanos y muy reales, con sus rencillas por aguas, tamaño y egos.
Si es cierto que en la portada bien podría incluirse como subtítulo algo así como "crónica de un pueblo maldito". No obstante, a favor de sus vecinos se puede decir que, de haber estado en sus pieles, no sabríamos cómo reaccionaríamos en determinadas ocasiones, aunque seguro que no serían tan rocambolescas como las que nos regala el autor con ese humor sutil que le resta algo al dramatismo y gravedad de algunas de las acciones.
Pero desde luego, una buena elección si se desea pasar de forma amena una tarde que se presente tediosa. Su 92 páginas permiten su rápida lectura aunque, al menos a mi me pasó, con las primeras te puedas sentir algo abrumado por el despliegue de palabrerío ilustrado, que luego se relaja para convertirse en ágil y ameno hasta no poder dejar de leer.
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