Por Jose Ángel Planillo
Esta novela policiaca ambientada en Valencia, con dos singulares protagonistas, me ha hecho reir, disfrutar con su lectura, y recorrer mentalmente la capital del Reino. Y de aquellos detalles en los que no había prestado atención, gracias al Google Street View los he podido contemplar para recrear mejor la escena.
Un detective -Mejías- anclado en las películas de Bogard y compañía; una joven estudiante de periodismo -Berta- con necesidades económicas y muchas ganas de trabajar; una familia podrida (de dinero y de tramas) que no es lo que parece... Todo ello, excelentemente orquestado, con muchas dosis de ironía, humor y detalles peculiares, a los que además también les pone banda sonora a través del tocadiscos de maleta de Mejías.
A veces no sabes si estás leyendo un libro o viendo una película. El autor sabe guiar al lector por las tramas, sin entretenerse en descripciones farragosas, enganchándolo de forma irreversible. Los personajes son sencillos, muy perfilados, y fácilmente identificables.
Como punto negativo, las continuadas erratas detectadas, que no sé si achacarlas a una traducción del valenciano al castellano, pese a que el escritor es murciano. aunque afincado en Valencia desde hace muuuuchos años-, o a la falta de personal en la editorial para estas funciones. También la gramática inglesa se nota que no es lo suyo (ni lo mio), y aunque imagino que en algunos casos está mal escrito a propósito, en otros da qué pensar.
Pero con todo ello, y aunque no es una segunda parte ad hoc, me da que el siguiente caso de Berta y Mejías va a ser mi siguiente lectura. El camino para hacerme con este par de libros fue largo y requirió de grandes dosis de paciencia (mia y de los libreros), pero creo que acerté de lleno con su adquisición.
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