Por Jose Ángel Planillo
Si la obra en cuestión habla de tu entorno más inmediato, al identificar los lugares de los que habla, los personajes que se citan o pequeñas pinceladas de hechos ya conocidos, se logra a veces que su lectura se haga algo más amena, descubriendo apuntes y detalles que hasta entonces habían pasado desapercibidos.
Pero lo que me ha ocurrido con el último libro de Vicente Gómez Benedito “La Acequia de la Esperanza: orígen y evolución de un sistema hidráulico milenario”, es algo inaudito. Fue abrir el libro y no poder soltarlo. Más que un ensayo histórico muy elaborado, daba la impresión que estaba disfrutando de la novela más entretenida del momento.
Es admirable la ingente cantidad de documentación que ha manejado para dar cuerpo a este libro; la de horas dedicadas a recorrer cada una de las acequias y partidas de riego que describe; las fotografías antiguas aportadas, mapas, gráficas y planos elaborados ex-profeso que ilustran y complementan la obra; y lo mejor, el lenguaje sencillo, didáctico, llano y claro empleado en la redacción.
Y eso es especialmente de agradecer cuando aborda de una forma tan imparcial las causas que originaron buena parte de los muchos enfrentamientos que han tenido segorbinos, cartujos y alturanos a lo largo de los casi 800 años de presencia cristiana en estas tierras, demostrando que en tiempo de moros había mejor entendimiento.
Plantea los hechos de forma tan clara y refrendada por los documentos añadidos, que lleva a que cada lector saque sus propias conclusiones.
Con todo ello se puede pasear a través de sus páginas sin levantarse del sillón por lugares donde a pesar de haber sido recorridos en cientos de ocasiones, descubrir lo mucho que desconocemos de nuestro más inmediato entorno.
Afortunadamente, con libros como éste, la historia de este manantial tan importante en el Alto Palancia quedará para nuestros descendientes.
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