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lunes, 4 de octubre de 2021

PONTIAC, de Héctor Hugo Navarro

Por Jose Ángel Planillo

Cuando un libro premiado llega a tus manos, esperas que su contenido estará a la altura de las circunstancias que han motivado tal galardón.

Si encima este premio lo ha merecido alguien a quien conoces, la curiosidad que te produce es todavía mayor, pues deseas comprobar el nivel que ha alcanzado para convencer al jurado y recibir tal reconocimiento, y nada menos que en un certamen de los considerados limpios en el ámbito literario.

Y desde luego, cuando acabas de leer la novela "Pontiac" de Héctor Hugo Navarro entiendes como todo ello encaja perfectamente, y consideras que ese premio está muy bien merecido, Eso sí, me hubiera gustado comprobar las caras o pensamientos de los miembros del jurado mientras leían determinados episodios en la novela.

Creo que todo el mundo en algún momento nos hemos sentido como "Ayax", el personaje principal de la novela, y eso ayuda a empatizar con él.

La novela transporta al lector a los veranos estivales de la década de los años 80, cuando un adolescente de 17 años ve alteradas sus habituales vacaciones en Cullera al ser llevado por sus padres a un pequeño pueblo de interior para pasar en compañía de su abuela, pensando que será un poco apetecible asueto de verano. Sin embargo, en dicho pueblo el adolescente empieza a trabajar como jardinero en casa de un misterioso escritor, lo que lleva al lector a descubrir una historia de iniciación desarrollada en diferentes ámbitos y contada con una habilidad narrativa que en todo momento mantiene en tensión al lector, donde el veterano inicia al novato.

Si a los requisitos y condicionantes que enumeraba al principio se le suma que la trama discurre en tu zona de habitat, la historia todavía será juzgada con mayor ojo clínico (al menos por mi parte). Y es que hasta por ahí me ha logrado tocar la fibra y transportarme a unas calles, paisajes y pueblos que conozco muy bien, aunque en algún caso no se mencioné el nombre del municipio.

El autor logra meterte dentro de la obra hasta el punto de no poder dejar de leer (me lo leí literalmente en dos tardes), y querer conocer el siguiente paso que se narra de las vivencias de este joven obligado a pasar unas vacaciones con su abuela en el pueblo, en lugar de en la playa con la chica de la que él cree estar enamorado.

Pero su sorpresa y su destino cambiarán al reencontrarse con un antiguo compañero de juegos, que le presentará tanto a su peculiar hermana, como una oportunidad laboral que marcará el antes y después de sus pensamientos y acciones durante ese verano.

A través de sus capítulos y partes estructuradas en los meses estivales, la historia se irá desarrollando con un ritmo in crescendo, que terminará más allá del ciclo vacacional y el regreso a las rutinas de sus personajes que ayudan a cerrar las tramas abiertas, aunque con varios sucesos en el camino que marcarán la vida del personaje para siempre, y que al lector no dejarán indiferente.

En definitiva, una excelente novela merecedora de este y cualquier otro premio al que se hubiese presentado, y que además logra aglutinar en sus páginas varios de los sucesos que han llevado a que la ciudad de Sagunto figure en muchos libros de la historia de España.


Héctor Hugo Navarro Díaz es profesor del IES Cueva Santa y escritor afincado en Navajas. A finales del pasado año 2020 ganaba el premio estrella de los Premios Literarios Cantabria 2020, el referido a la categoría de novela corta “José María de Pereda”, con su obra "Pontiac". Poco tiempo después, otro de sus textos, "Los ahogados", era seleccionado como ganador por el jurado del XXI Premio de Novela Corta de la Diputación de Córdoba; y anteriormente, su libro “La memoria de un bandido” ya había sido galardonado y por ello publicado, pudiéndose encontrar en algunas librerías de Segorbe. También es colaborador habitual cubriendo los eventos culturales en el periódico digital InfoPalacia.com

El argumento del cuento se especula que puede ocultar algún retazo de las memorias, vivencias o aspiraciones del propio Héctor Hugo Navarro, que tras cumplir los cuarenta años decidió dejar atrás el ajetreo de la ciudad para trasladarse a vivir a Navajas, de donde procede su familia materna, y donde ahora él ha consolidado su vida familiar, además de escribir algunas de sus mejores obras. Por cierto, la autora de la portada es su pareja, Natalia Mínguez..

En ‘Pontiac’ se entrelaza la realidad con una gran ficción literaria, a través de una historia de aprendizaje de la vida y del oficio de escribir, donde confluyen las vidas de un joven aspirante a poeta, con las urgencias propias de la edad, y la de un veterano novelista recién llegado del exilio que está de vuelta de todo.

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