Por Jose Ángel Planillo
Entre los muchos personajes que aparecen en la novela está Jaime Pérez, primer Señor de Segorbe, del que el autor cuenta los motivos que llevaron a su nacimiento. Entre las mujeres que la Historia ha barajado como posibles madres, el autor se declina por una joven siciliana que llegó como dama de compañía de Constanza, a la que entregan al infante Pedro para que olvide a otra amante con quien ya tenía tres hijos.
Una vez nacido, el niño será criado en la Corte junto a sus hermanastros, y a su madre se le entregará Segorbe como dote para su boda con un caballero del infante, donde se retirará a vivir junto a su otro hijo bastardo.
Cuando cumple 18 años, el ya monarca lo nombra Almirante de la Flota que parte a las cruzadas y a liberar Sicilia, aunque al final tiene que destituirlo por su poca pericia, aceptando las alegaciones de sus contrarios, de que como Segorbe “es una ciudad muy importante y sede episcopal, pero alejada del mar”, se demuestra que los méritos que llevaron a su nombramiento fueron de sangre, y no de experiencia.
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