Por: Jose Ángel Planillo
En unas comarcas tan surcadas de trincheras y vestigios de la Guerra Civil, y en un tiempo en el que la recuperación de la Memoria Histórica están tan presente, es cada vez más habitual encontrar historias de “Héroes olvidados”, como los que nos presenta en su obra Mercedes Blasco Rodríguez, profesora del IES Cueva Santa de Segorbe que ahora también se lanza a la literatura.
Y no es para menos, pues la historia de su abuelo materno Antonio Rodríguez Escudero merece ser conocida y divulgada. Cuando se creía libre de la guerra por haber salido excedente de cupo, lo obligan a alistarse y a participar en una guerra sinsentido, donde en más de una ocasión confraternizó con los contrarios en el frente, que no enemigos. Hasta que en un momento determinado, es capturado como prisionero y trasladado a la cárcel republicana en Montjuic, donde se topará con dos ilustres reclusos, que junto a Antonio, son esos hérores olvidados a los que alude el título.
Esos compañeros fueron ni más ni menos que el Obispo Polanco y el Coronel Rey d'Harcourt, el obispo y el comandante respectivamente de la ciudad de Teruel que rindió la plaza a los republicanos. Con ellos compartirá mucho más que un espacio cerrado y las penurias de los prisioneros.
Todo ello compilado a través de una narración fresca y amena que se lee muy rápidamente, y que la autora ha planteado como una especie de diario. Desde luego, la vida de este hombre da para otro volumen que relate cómo llegó de su añorada Extremadura al municipio de Soneja, en donde residió hasta el fin de sus días, pero siempre manteniendo en su recuerdo y contando muy orgulloso las vivencias y la suerte que corrió junto a aquellas dos personas a las que tanto aprecio cogió.
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