Por Jose Ángel Planillo
Consiste en leer a lo largo del mes un libro que responda a una temática, característica o curiosidad concreta. Cada uno busca entre la gran variedad de títulos que existen el que más le apetezca, y una vez acabado lo comunica en el foro para superar el reto y esperar al del siguiente mes.
Os dejo aquí las bases y el enlace al hilo del foro, por si tenéis curiosidad:
En este caso tocaba leer un libro publicado en el año en que el lector nació. Y yo, que soy de esa excelente añada de 1976, entre la larga lista que busqué, di con que aquella olvidada novela que en su día cogí de la biblioteca de mi abuela paterna, y que en su día me encantó y dejó con cierta inquietud, se ajustaba al mismo.
Se trata de la novela "Los hijos del Brasil" del escritor estadounidense Irá Levin, que versa sobre como allá por el año 1973, desde su escondite en Brasil, el médico nazi Josef Mengele (el Ángel de la Muerte) se reúne con otros jerarcas nazis fugitivos para hablarles de un proyecto muy ambicioso, del que depende el destino de la raza aria.
Para llevarlo a cabo, es necesario dar muerte a 94 hombres de 65 años, y con un pasado laboral y familiar concreto.
Un investigador aficionado ha conseguido grabar lo que se ha dicho en esa reunión y pone sobre aviso a Yakov Liebermann, el más famoso cazador de nazis del mundo.
En una trepidante carrera contra el tiempo, Liebermann tratará de resolver el enigma antes de que el diabólico plan de Mengele se haga realidad.
Una trama que aunque empieza algo lenta y confusa, poco a poco gana en intensidad, sobre todo cuando acontece el segundo encuentro de Liebermann con uno de esos peculiares niños.
La obra fue catalogada en aquel entonces como de Ciencia Ficción, pero si se hubiese publicado ahora y ambientada en nuestros días, no pondríamos en duda lo que se nos narra debido a los avances que la ciencia ha dado en temas de clonación y genética. Pero en los 60 y 70... sólo unos pocos se atrevían con estos temas.
La calidad de la obra motivó una adaptación al cine, que aunque soy poco partidario de ver los libros en la pantalla, me parece que con éste haré una excepción.
En fin, un agradable reencuentro, y un libro que volverá a esperar un nuevo momento para ser tomado y disfrutado
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